Sala Negra

HAMLET SOLO

Hamlet, la obra de William Shakespeare es el epítome del teatro moderno. No sin razón es el texto teatral más representado del mundo, sobre el que más se ha escrito y el que más veces ha sido llevado al cine. Tanto es así que la imagen de la calavera de Yorick, el famoso ser o no ser, la figura del fantasmal espectro del rey fallecido o la representación de teatro dentro del teatro que revela las culpas de Claudio, han acabado por convertirse en iconos que simbolizan por sí mismos el arte escénico y su poder para mover las conciencias. Pero, ¿por qué? ¿Qué tienen esta obra y este personaje que tientan década tras década a los más variados creadores a sumergirse en su misterio? La respuesta es más sencilla de lo que parece: Hamlet es un espejo de arquetipos de la conciencia humana que devuelve al que se mira en él su propia imagen reflejada.

En mi visión, toda la obra transcurre dentro de los confines de la mente del príncipe Hamlet. Como él mismo dice: ‘Podría estar encerrado en una cáscara de nuez y considerarme el rey del espacio infinito, si no fuera porque tengo malos sueños’. El resto de personajes ejercen de contraparte suya, son reflejo de distintas facetas de su propia personalidad. Solo Horacio aparece como ser distinto y real, confesor, testigo y albacea. Así, he realizado una versión en la que Hamlet es continuamente el centro de los acontecimientos, de manera que asistimos a un retrato condensado de su espíritu y a una esencialidad de sus conflictos.

Como si fuera un programa radiofónico o un podcast en directo, interpreto con la voz todos los personajes que aparecen; lo cual, lejos de resultar forzado o monótono -al apoyarse todo el espectáculo en una sola voz y sus posibles modulaciones- revela de forma indirecta el rasgo endogámico de la corte de Élsinor. En compañía de un score musical basado fundamentalmente en la percusión que articula rítmica y tímbricamente el espacio y genera atmósfera, el conjunto resulta una muy buena forma para que cualquier espectador se acerque a esta obra inmortal e infinita.

SINOPSIS

El rey de Dinamarca ha muerto. Su hermano ha ocupado el trono en su lugar y ha desposado a su cuñada, viuda del rey. Sin embargo, el espectro del fallecido se le aparece a su hijo el príncipe; dice haber sido asesinado por quien ostenta ahora la corona y reclama venganza. Comienza así la cadena de lo inevitable en que traidores y víctimas de la traición se vigilan entre sí. Nadie quiere levantar sospechas actuando demasiado pronto. Unos y otros, tratan de tender trampas para ocultar la  verdad, o para  hacer que  salga a la luz tras el pesado tapiz de las mentiras. Cuando están listas, solo falta esperar a que el rival cometa un error o una imprudencia y caiga en ellas; así, cada uno es engañado con el cebo más apropiado a sus debilidades. El castillo de naipes comienza su progresivo e inexorable desmoronamiento; traición y venganza quedan al descubierto.  La fina capa de piel que cubría la infección de la herida ha sido desgarrada. Desde el núcleo mismo de la podredumbre, la materia corrupta emerge a la superficie y se convierte en manantial. En la noche de las transformaciones se anuncia el festín de los gusanos. Los hombres, hechos de la misma materia de la que están hechos los sueños, no son sino la quintaesencia del polvo. Solo cuando la herida ha dejado de supurar puede ser cerrada. Queda el recuerdo en la cicatriz, el resto es silencio.

info
FICHA ARTÍSTICA

Autor: William Shakespeare
Versión:
Bruno Calzada
Intérpretes:
Bruno Calzada
(interpretación)
Iker Idoate
(percusión en directo)
Dirección:
Bruno Calzada
Duración: 75’
Público:
todos los públicos
Producción: Bruno Calzada Producciones

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Sala Negra Café Teatro
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14 €
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75 min
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